Innovar para avanzar

Por: Ana M. Charris

Dir. Desarrollo Empresarial Cámara de Comercio de Barranquilla

Yuri Asis

Coordinadora  de mercado interno Cámara de Comercio de Barranquilla 

A raíz de las dificultades económicas que la pandemia ha traído al sector empresarial, muchos han visto la necesidad de reinventarse para poder salir adelante y mantener a flote sus negocios. Algunos de manera instintiva han logrado transformarse y sobrellevar la situación, mientras que otros no avanzan en la adaptación a la nueva normalidad, necesitando una mano que le ayude a innovar.

Innovar es generar valor sobre algo existente, se puede ver también como crear desde cero una solución a una necesidad que se identifique, o a una oportunidad que reconozcamos.

Innovamos de diferentes formas, con pequeños pasos, cambios sutiles, mejoras en el producto o el servicio que prestamos para darle un valor agregado a nuestros clientes, a esto se le conoce como innovación incremental. Sin embargo, es más comúnmente reconocida la innovación disruptiva, en donde una idea es convertida en realidad, dando paso a un cambio radical en las reglas de hacer las cosas en determinada industria, normalmente precedido por un invento o una nueva tecnología.

Por otro lado, gestionar la innovación se ve limitado por la resistencia al cambio que dentro de las empresas pueden imprimir los colaboradores, y al miedo al fracaso que puede limitar a los líderes en estas tomas de decisiones. Por esto, es importante desmitificar lo que entendemos como innovación, ya que esta suele ser asociada con avances tecnológicos o desarrollos científicos, y a la inversión de grandes sumas de dinero en investigación, desarrollo, compra de activos y tecnología, requiriendo de mucho tiempo, esfuerzo y dedicación. 

Como agencia de desarrollo la Cámara de Comercio de Barranquilla fomentamos la innovación invitando a nuestro tejido empresarial a través de programas como Atlántico Innova y Pactos por la Innovación que forman y dan herramientas a las empresas para adoptar una cultura organizacional en la que la innovación haga parte de su cotidianidad. 

Sin embargo, cualquier unidad productiva puede innovar por sus propios medios, de manera sencilla y sin requerir grandes inversiones, siguiendo un paso a paso basado en metodologías ágiles, como design thinking, que inicia con un proceso de observación, a través del cual se busca capturar la mayor cantidad de información acerca de una necesidad insatisfecha o una oportunidad en el entorno.

El segundo paso es experimentar, poner en marcha la mejor idea encontrada para solucionar el problema identificado, por medio de un prototipo que le permita al cliente o usuario tener un acercamiento y probar la solución, validándolo de manera directa con el cliente o usuario de la mejora que estamos desarrollando. 

Obtener retroalimentación es fundamental como paso siguiente para ajustar la propuesta a la medida del mercado, y aumentar las posibilidades que sea acogida de manera exitosa. En este punto podemos darnos cuenta que lo propuesto no cumple con las expectativas de los usuarios o clientes y es cuando se debe retomar el primer paso para observar, capturar información y ajustar.

El paso final es lanzar al mercado nuestro producto o servicio innovador, implementar los cambios al interior de nuestra organización o los procesos que detonan de las soluciones innovadoras desarrolladas.

Una forma en la que su empresa puede innovar de manera significativa y prepararse para la siguiente oportunidad de negocio sin tener que abandonar su seguridad actual es a través de la identificación de aquellas áreas donde quiere que su empresa innove, tomando como base tendencias, hallazgos e ideas de su negocio actual pero pensados para desarrollarse en escenarios futuros, e incluso con el apoyo de socios de su cadena de valor, que le permitan expandir las fronteras de su actividad económica principal al apuntar a grupos de oportunidades relacionadas que puedan ser desarrolladas usando las mismas competencias y activos con los que su empresa ya cuenta.  Innovar de esta forma reduce el riesgo que puede llegar a representar cambiar abruptamente de un negocio a otro completamente nuevo y desconocido.

Para empresas más decididas, el estado ideal sería llegar a implementar un sistema de gestión de la innovación, en el que puedan definir una estrategia de crecimiento basado en un portafolio de proyectos de innovación, que apuntan a las metas grandes y ambiciosas de la compañía, garantizando así su competitividad y continuidad.

Para lograrlo, la empresa debe crear los procesos de aprendizaje que permita a sus colaboradores adoptar la cultura de innovación, comunicar a todos los miembros de la organización los valores corporativos de innovación y plantear de manera clara los objetivos de innovación que se desean alcanzar; por eso es importante estimular la generación de ideas y proyectos de innovación por parte de los colaboradores, por ejemplo, a través de concursos e incentivos que premien las mejores iniciativas, también propiciar espacios de co-creación y la conformación de equipos multidisciplinarios que dediquen una parte de su jornada laboral a la innovación.

Te invitamos a iniciar tu camino a la innovación, respondiendo las siguientes preguntas:

  1. ¿Cuáles son las necesidades que aún no están satisfechas por los productos o servicios que ofreces y que consideres que atraerán nuevos compradores hacia la marca?
  2. ¿Quiénes pueden aportar a la gestión de la innovación en tu equipo de trabajo?
  3. ¿Qué oportunidades has identificado que puedan convertirse en una innovación al interior de tu organización?
  4. ¿Qué te detiene para iniciar tu camino a la innovación?

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