El desarrollo de un puerto de aguas profundas en Barranquilla es crucial para consolidar al Atlántico como un centro estratégico en la transición energética global, impulsando el Hub de Hidrógeno Verde y fortaleciendo la competitividad de la región. Este proyecto responde a las tendencias globales de descarbonización y se alinea con las políticas nacionales de energía limpia, integrando a la región con industrias clave y mercados internacionales. A continuación, se detallan los aspectos fundamentales que hacen indispensable este puerto, tanto en la etapa de construcción como en su operación futura:

1.      Facilitador de la Construcción de Infraestructuras para Energías Limpias

 La producción de hidrógeno verde requiere fuentes de energía limpia, como la eólica, para ser sostenible y competitiva. En este sentido, el gobierno nacional ha abierto convocatorias para adjudicar áreas marinas a empresas interesadas en la generación eólica, un componente esencial del ecosistema energético del Atlántico. El puerto de aguas profundas será vital para manejar la logística de los equipos de construcción e instalación de parques eólicos marinos, permitiendo un flujo eficiente de materiales, componentes y personal especializado. Sin esta infraestructura, los proyectos de generación eólica y, por ende, de producción de hidrógeno verde enfrentarían limitaciones logísticas que afectarían su viabilidad.

2.      Centro de Abastecimiento de Buques con Combustibles Sostenibles

Una vez operativo, el puerto permitirá a Barranquilla convertirse en un nodo internacional de abastecimiento de buques con combustibles sostenibles, como el hidrógeno verde. En la transición de la industria naviera hacia combustibles bajos en carbono, el hidrógeno verde ofrece una alternativa clave para reducir las emisiones del sector. Con la capacidad de producir y distribuir este combustible desde Barranquilla, la ciudad se posicionará como un proveedor estratégico para los buques que transitan por el Caribe y las Américas, consolidando su rol como un punto de referencia en la industria marítima sostenible.

3.      Distribución de Amoníaco Verde para la Agroindustria e Industria Pesada

 En colaboración con empresas como Monómeros, el puerto facilitará la distribución de amoníaco verde, un derivado del hidrógeno verde esencial como fertilizante para la agroindustria y como insumo en procesos industriales. La capacidad de exportar amoníaco verde desde Barranquilla responde a la creciente demanda de productos sostenibles en mercados internacionales, posicionando a la región como un proveedor clave y fortaleciendo las capacidades productivas locales. Esta integración no solo mejora la resiliencia de la industria agroindustrial y pesada, sino que también aumenta la competitividad del Atlántico en sectores estratégicos.

4.      Producción y Exportación de Acero Verde

Asociaciones con empresas de la industria del acero impulsan la producción de acero verde, un componente crítico en la descarbonización de sectores industriales como la construcción y la automotriz. El puerto de aguas profundas actuará como un centro de distribución para estos productos, especialmente hacia el mercado norteamericano, que demanda materiales sostenibles con bajas huellas de carbono. La exportación de acero verde desde Barranquilla no solo dinamiza la economía local, sino que proyecta a Colombia como líder en la transición hacia una producción industrial sostenible.

Promoción del Proyecto en Espacios de Diálogo

Para la Alcaldía de Barranquilla y la Gobernación del Atlántico, es fundamental presentar el puerto de aguas profundas como una infraestructura estratégica que integra el comercio, la logística y la innovación industrial, apoyando la transformación hacia una economía verde. En los espacios de diálogo, se debe destacar el puerto como un habilitador del Hub de Hidrógeno Verde, capaz de generar nuevas oportunidades de negocio, atraer inversiones y crear empleo en la región.

 Promover este proyecto es apostar por el futuro energético de Colombia, fortaleciendo su capacidad para competir en los mercados globales emergentes de la economía verde. La articulación del puerto con los desarrollos en hidrógeno, amoníaco y acero verde, junto con la infraestructura para energías limpias, posiciona al Atlántico como un actor relevante en la nueva geopolítica energética.