Por: Cecilia Arango R.

Entramos en una de las etapas más interesantes y retadoras de la economía nacional, no solo por el inicio de un periodo presidencial que adicionalmente trae un nuevo enfoque ideológico, sino la realidad del territorio donde los índices de pobreza y la situación de las comunidades más vulnerables reflejan la brecha socioeconómica más crítica de Latinoamérica.

Adicionalmente, a nivel internacional se libran batallas sin precedentes en los últimos tiempos.  No terminamos de salir de la recuperación integral post COVID, y entramos en la guerra entre Rusia y Ucrania que coloca en una situación compleja las relaciones internacionales. 

Los factores medio ambientales se vuelven extremos, calores o fríos intensos, sequias y lluvias sin precedentes que colocan en riesgo el suministro de insumos para la agroindustria e industria productiva del mundo creando una inestabilidad alimentaria. Sin contar la alta ola inflacionaria que se vive en el mundo.

Este coctel de variables está marcando una interesante ruta de trabajo para nuestras empresas, y según se escucha recurrentemente, la  incertidumbre se encuentra dentro de un optimismo discreto.

En momentos como estos, surgen muchas ideas innovadoras de negocios o prácticas administrativas, sin embargo, algunos expertos sugieren que la mejor estrategia es volver a lo básico.

¿Qué es lo básico? 

*Atender a las personas en los dos escenarios más críticos.

• Los clientes que son la razón de ser de toda organización.
• Los trabajadores de la empresa que son el alma y la vida de ella

*Entender los Grupos de interés

*Los accionistas como motor clave para garantizar la sostenibilidad de la organización.

Como lo vemos en la gráfica, los accionistas pasan de ser la cúspide de la pirámide a la base de esta y no por eso son lo menos importantes. Por el contrario, son la columna vertebral de una organización, solo que al modificar el orden en la pirámide la importancia la tienen los clientes y trabajadores soportadas en la estrategia que sus accionistas apliquen.

Esta mirada invertida de los actores de una organización deja implícito el cambio de estrategia donde los dueños o accionistas, privilegiaban la rentabilidad sobre la estabilidad y/o sostenibilidad corporativa en todos los aspectos. Estos cambios le dan mayor relevancia a la confianza que debe existir entre cada uno de esos actores quienes se convierte en un bálsamo necesario para poder atender de mejor manera los grandes retos a los cuales nos enfrentamos.

Co-crear nuevos productos y/o servicios dentro de la nueva visión de respeto por el ser humano, la sociedad y el medio ambiente para poder atraer inversión que nos permita crecer el mercado y que generen un círculo virtuoso empresarial.

 ¿Cómo y de quién atraemos recursos frescos?

 Según la CAF, en muchas ocasiones los empresarios se quejan de la falta de recursos de financiación y de socios para adelantar los planes de expansión de sus empresas. Lo cierto es que aún en situaciones de alta liquidez en el mercado y en presencia de proyectos e iniciativas aparentemente muy atractivos, muchos empresarios no acceden a recursos frescos.

Esto se debe a que la forma en que sus empresas son manejadas y administradas (gobernadas) no genera suficiente confianza a los inversionistas.

Esa mezcla de factores y de actores los podemos resumir en tres palabras: Gobierno Corporativo fuerte, que instale en las empresas los principios y valores para construir relaciones fuertes que conduzcan a crear una cultura de eficiencia, equidad y transparencia que le permita construir confianza y así estar mejor preparados para acceder a mecanismos de financiación.

Entendemos el Gobierno Corporativo de una empresa como el conjunto de prácticas, expresadas formalmente o no, que gobiernan las relaciones entre los participantes de una empresa, principalmente entre los que administran (la gerencia) y los que invierten recursos en la misma (los dueños y los que prestan dinero en general).

Cada empresa, dependiendo de su estructura societaria, su tamaño y actividades debe diseñar su propio esquema de Gobierno Corporativo, pero sin perder de vista lo esencial, definir las reglas del negocio y respetarlas, consultar, informar y explicar el plan de acción, de ejecución, avances y mejoras necesarias.

¿Es tu empresa tan atractiva, que tú mismo le prestarías plata?