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Concepto de Internacionalización desde la Comisión Regional de Competitividad e Innovación del Atlántico: Un Enfoque en Tres Dimensiones
Como Secretario Técnico de la Comisión Regional de Competitividad e Innovación del Atlántico (CRCI), es fundamental conceptualizar el proceso de internacionalización desde una perspectiva integral que aborde las diversas dimensiones que este implica. La internacionalización, en el contexto del Departamento del Atlántico y bajo el marco de la Comisión, debe entenderse como un proceso multidimensional que trasciende la simple exportación de productos y servicios. Este análisis propone un enfoque en tres dimensiones clave: la exportación de bienes y servicios, la atracción de inversiones mediante la diplomacia territorial y científica, y la promoción de una identidad cultural que refleje los valores de la región Caribe. Cada una de estas dimensiones es fundamental para construir una estrategia coherente y sostenible que posicione al Atlántico como un actor relevante en los mercados internacionales.
1. Primera Dimensión: Exportación de Bienes y Servicios
La primera dimensión de la internacionalización se centra en la capacidad del Atlántico para exportar bienes y servicios al mercado global. En este sentido, la Comisión debe concentrarse en la diversificación de los productos exportables, que van desde bienes agroindustriales hasta productos más sofisticados como el amoníaco verde, metanol y otros derivados del hidrógeno verde. Este enfoque requiere el desarrollo de capacidades tecnológicas y de infraestructura que permitan a los sectores productivos locales alcanzar los estándares internacionales.
Es importante destacar la necesidad de robustecer los clústeres agroindustriales y de servicios avanzados, como se discutió en la Mesa de Internacionalización, para que puedan competir eficazmente en mercados internacionales. En este contexto, resulta clave fomentar alianzas estratégicas con actores públicos y privados, así como con instituciones académicas, para fortalecer la competitividad del sector exportador. La Comisión debe promover la creación de un comité de evaluación de proyectos que se enfoque en identificar iniciativas con alto potencial de exportación y sostenibilidad, alineadas con los vectores de alto impacto mencionados en el plan de desarrollo «Atlántico para el Mundo».
Los servicios exportables, como los contact centers, BPOs y data centers, presentan una oportunidad única para posicionar al Atlántico como un territorio de servicios avanzados. En un contexto global cada vez más digitalizado, estos servicios pueden ser una fuente clave de ingresos y empleo para la región. Por lo tanto, la Comisión debe impulsar una agenda de competitividad que contemple la promoción de estos servicios en mercados estratégicos, utilizando canales diplomáticos y comerciales para su posicionamiento.
2. Segunda Dimensión: Atracción de Inversiones y Diplomacia Territorial y Científica
La segunda dimensión se centra en la atracción de inversiones extranjeras directas (IED) y el fortalecimiento de las capacidades locales mediante la diplomacia territorial y científica. Para que el Atlántico sea percibido como un destino atractivo para la inversión internacional, es crucial construir una imagen de estabilidad, innovación y sostenibilidad. La creación de un ambiente propicio para la inversión, que incluya incentivos fiscales, políticas de seguridad jurídica, y una infraestructura adecuada, es esencial.
La diplomacia territorial y científica juega un papel fundamental en esta dimensión, ya que permite al Atlántico establecer relaciones estratégicas con otros territorios y centros de investigación globales. Esto no solo facilita la atracción de inversión, sino que también fomenta la transferencia de conocimiento y tecnología. Como se discutió en la Mesa de Internacionalización, la cooperación internacional debe ser una herramienta táctica clave para alcanzar los objetivos de la internacionalización del Atlántico. La Comisión debe abogar por un enfoque coordinado que integre esfuerzos de diplomacia económica y científica, orientados a posicionar al Atlántico como un socio estratégico en la región.
Para operacionalizar esta dimensión, se propone la formación de un comité especializado en diplomacia y cooperación internacional, encargado de diseñar estrategias específicas para atraer inversión y fomentar la colaboración científica. Este comité podría colaborar estrechamente con organizaciones como ProBarranquilla y la Asociación Nacional de Comercio Exterior para identificar oportunidades y elaborar propuestas concretas de inversión que alineen los intereses locales con las tendencias globales.
3. Tercera Dimensión: Promoción de la Identidad Cultural y los Valores Caribeños
La tercera dimensión aborda la internacionalización desde una perspectiva identitaria, valorando el rol cultural del Atlántico como región Caribe y Latinoamericana. Esta dimensión considera la importancia de fortalecer una identidad que promueva la inmigración y los valores de la región, como el respeto, la diversidad y la hospitalidad, que son inherentes a la cultura caribeña. Este enfoque no solo busca atraer turistas, sino también talentos y capital humano, aspectos fundamentales para el desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación.
La identidad cultural debe ser vista como un activo estratégico en la internacionalización del Atlántico. A través de eventos culturales, conferencias internacionales y campañas de promoción que resalten la autenticidad y riqueza cultural del Atlántico, se puede reforzar la marca del territorio y su atractivo global. Esta dimensión también debe incluir la promoción del turismo sostenible como un componente esencial del desarrollo económico y cultural de la región. Como se mencionó en la Mesa de Internacionalización, este enfoque puede ser utilizado como una herramienta táctica para lograr los objetivos de posicionamiento del territorio en la agenda global.
Conclusiones y Recomendaciones
Para implementar una estrategia de internacionalización efectiva, la Comisión debe desarrollar una agenda de trabajo integrada que contemple las tres dimensiones expuestas. La creación de comités especializados para cada dimensión permitirá un abordaje más focalizado y efectivo en la consecución de los objetivos de internacionalización. Además, es fundamental fomentar la colaboración entre los sectores público y privado, las academias, y los gremios, asegurando una visión alineada y coherente con el plan de desarrollo «Atlántico para el Mundo».
En términos de literatura de referencia, estudios de casos exitosos de internacionalización de territorios como el País Vasco en España, la región de Flandes en Bélgica y el estado de São Paulo en Brasil, podrían proporcionar valiosas lecciones y estrategias que el Atlántico puede adaptar. Estos ejemplos muestran la importancia de la diversificación económica, la inversión en innovación y tecnología, y el fortalecimiento de la identidad regional como pilares de la internacionalización efectiva.
La CRCI tiene un rol fundamental en la implementación de esta agenda y debe liderar los esfuerzos para posicionar al Atlántico como un actor competitivo y relevante en el escenario global.